FOTORREPORTAJE

Canímar Abajo: El sitio que cambió nuestra visión de los aborígenes «pescadores-cazadores-recolectores» de Cuba

Hoy es posible afirmar que las sociedades tempranas fueron más diversas y complejas que lo sostenido por las narrativas coloniales. Al menos en este caso, no fueron ni nómadas…

Redacción Alma Mater
Revista Alma Mater
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5 min readApr 2, 2024

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Por: Dras. Yadira Chinique de Armas y Silvia Teresita Hernández Godoy

Fotos: Elio Mirand

Cuando en 2004 Roberto Rodríguez Suárez reanudó las excavaciones arqueológicas en Canímar Abajo, abrió una ventana al pasado que terminó revolucionando la arqueología nacional. El descubrimiento fortuito del sitio había ocurrido 20 años antes; en ese momento, trabajadores del campismo homónimo, al abrir un hoyo al pie del farallón para la construcción de un horno incinerador de desperdicios, hallaron osamentas humanas.

Entre los años 1984 y 1986 se realizaron cinco intervenciones arqueológicas dirigidas por los destacados investigadores Manuel Rivero de La Calle y Ramón Dacal, del Museo Antropológico Montané de la Universidad de La Habana. En la década de los 90’s, se ejecutaron dos trabajos de campo por miembros del Comité Espeleológico de Matanzas encaminados, fundamentalmente, a la identificación de enfermedades óseas en época precolonial.

También entre 2004 y 2014, se desarrolló una nueva etapa de estudios [1] caracterizada por la visión multidisciplinaria y holística que ha hecho de Canímar Abajo un sitio insigne para la arqueología antillana. Bajo esa perspectiva, y con la intención de comprender el sitio en su contexto regional, se inicia en 2017 un nuevo proyecto de investigación en el yacimiento. Esta vez, liderado por las doctoras Silvia Teresita Hernández Godoy y Yadira Chinique de Armas, discípulas del doctor Rodríguez Suárez y continuadoras de su obra.

En febrero del presente año, científicos de diversas instituciones nacionales e internacionales [2] se dieron cita en Canímar Abajo para continuar los trabajos en el área. Las excavaciones en el sitio han sido, durante años, una escuela donde se han formado nuevas generaciones de líderes en la arqueología cubana y regional. Canímar Abajo es hoy un espacio de intercambio académico, de aprendizaje continuo, y de hermandad.

Desafiando el paso del tiempo, el montículo de Canímar Abajo ofrece la posibilidad única de reconstruir aspectos de la vida cotidiana y las creencias simbólicas de los pobladores antiguos de Cuba. Dos momentos de ocupación continua, con fines funerarios, se identifican en el yacimiento.

Los fechados radiocarbónicos demuestran que el primer componente fue utilizado como lugar de inhumación entre el 2212 y el 841 a.n.e, lo cual hace de Canímar Abajo el sitio con la datación en restos óseos humanos más antiguo de las Antillas Mayores, y entre los más tempranos del Caribe insular.

Estos individuos tuvieron un modo de vida semisedentario, basado en la pesca, la caza y el cultivo de plantas como el maíz, el frijol común, el boniato y la malanga. Entre sus costumbres funerarias se observa la regularidad de entierros extendidos, cubiertos por rocas y asociados a capas de conchas, fogones y restos de fauna.

Los individuos que reutilizaron el espacio funerario entre el 337 y el 1124 d.n.e. fueron más heterogéneos en sus prácticas funerarias, tradiciones alimentarias y patrones de movilidad. El estudio de este segmento revela la posibilidad de que personas procedentes de otras áreas utilizaran este lugar sagrado para depositar a sus muertos, lo cual sugiere mayor dinamismo regional en este periodo.

Actualmente, el sitio se erige como Monumento Nacional debido a sus valores históricos. Los resultados en Canímar Abajo han permitido elucidar aspectos relevantes del periodo menos conocido de la historia del archipiélago cubano. Hoy es posible afirmar que las sociedades tempranas fueron más diversas y complejas que lo sostenido por las narrativas coloniales. Al menos en este caso, no fueron ni nómadas, ni exclusivamente cazadores-pescadores-recolectores. Es tiempo de reescribir nuestra historia más antigua.

Notas al pie:

[1] De 2004 al 2014, las excavaciones fueron dirigidas por el insigne antropólogo Dr. Roberto Rodríguez Suárez (1952–2022), quien fuera en ese entonces investigador del grupo de antropología del Museo Antropológico Montané de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.

[2] Grupo de investigación y desarrollo de la dirección provincial de cultura de Matanzas, Universidad de Winnipeg, Museo Memorial El Morrillo, Instituto Cubano de Antropología, Comité Espeleológico de Matanzas: Grupo Carlos de la Torre, Fundación Científico-Cultural Ulua-Matagalpa, Colegio de London.

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