ALMA DEPORTIVA

Béisbol Cubano: vivir de los recuerdos

«Las claves para girar 180 grados y reconducir el barco del deporte de las bolas y los strikes en Cuba no son tan sencillas de encontrar»

Redacción Alma Mater
Revista Alma Mater
Published in
5 min readApr 24, 2024

--

Por Arián Alejandro Rodríguez

¿Existe un declive del béisbol cubano de cara a eventos internacionales? Dicha interrogante no ha dejado de aparecer en mi cabeza, ya sea por escribir otros comentarios para diferentes plataformas y medios de comunicación o, simplemente debido al pensar de la fanaticada nacional. En cada esquina se opina sobre la teórica caída del béisbol cubano.

¿La razón? La ausencia de la mayor de las Antillas en los venideros campeonatos mundiales de las diferentes categorías bajo el auspicio de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC). Los torneos sub 23, sub 18 y sub 15 se van a efectuar sin la presencia de una de las grandes potencias históricas de este deporte.

Para los menores de 23 años no es algo ajeno la no clasificación a los certámenes que surgieron en 2014. Hace una década en la ciudad de Taichung, Taipei de China, el podio era netamente asiático. Los locales ocuparon la cima al derrotar en la final a Japón, dejándole el bronce a Corea del Sur.

Cuba dijo presente en la edición de 2020, año recordado también por la lamentable pandemia que afectó a todo el planeta. Habían pasado tres eventos, pero la isla caribeña no había podido sumarse a la fiesta beisbolera de esta categoría y, no por falta de talento.

Esta dinámica negativa ya formaba parte de un período en el cual sigue sumergido el pasatiempo nacional, confirmado con el más reciente descalabro. El último panamericano sub 15 fue una muestra de cuanto hemos retrocedido a nivel de selecciones domésticas, así como de una gran cantidad de peloteros que ya no esperan a madurar en casa.

De vuelta a aquel 2020, Cuba ocuparía un valioso cuarto lugar, valorado además por la cifra de jugadores que tomaron la decisión de apartarse del equipo en plena competencia. Luego de ocupar el segundo puesto de su grupo, solo por detrás de México, con balance de 4–1 en cuanto a victorias y derrotas, nuestra escuadra se enrolaría en la llamada Súper Ronda.

En esa instancia, Cuba ganaría solo ante Panamá, siendo derrotada por Venezuela y Colombia. Precisamente ante los «Cafeteros» se tuvo la oportunidad de revancha, lo cual, incluso, daría la medalla de bronce. El sueño del podio se fue desvaneciendo con el paso del partido, aunque la pizarra mostró lo cerrado del mismo a favor de los colombianos (5x3).

Esa generación; los que se mantenían, ofrecían brotes verdes para el béisbol cubano. Al menos desde el «resultadismo», pues entre tantos torneos con poco destaque desde lo colectivo, llegar a colarse en la fase de los cuatro mejores ya significaba un hálito de esperanza.

Así de simple había cambiado la realidad de Cuba a la hora de valorar la posición final en un certamen beisbolero. Quedaba atrás esa época en la cual la mayor isla del Caribe dominaba a sus anchas y, no solo a nivel absoluto, sino también en cuanto evento se desarrollase bajo la organización de la federación mundial del deporte.

Tal era y es el panorama del béisbol cubano, que en 2022 se pasó al décimo lugar en el campeonato mundial sub 23. Si bien en ese momento el sistema de desempate no nos favoreció, el balance de 2–3 correspondía a la categoría de mal resultado. Podía sonar a insólito, pero Cuba cerraba el certamen en una Ronda de Consuelo.

Las conclusiones, sin rodeos. El deporte de las bolas y los strikes en nuestra isla ha trasladado su bienestar hacia el desempeño de varios peloteros con sonadas actuaciones en las Grandes Ligas. Sin poseer las cifras de República Dominicana o Venezuela, los cubanos se hacen sentir en MLB como sucedía décadas anteriores.

Títulos de bateo como los de Yandy Díaz en 2023 con AVE de 330, así como el de Yulieski Gurriel en 2021 al promediar 319, se unen al premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana de José Abreu en 2020. El propio Abreu fue novato del año en 2014 con 36 jonrones y 107 impulsadas, lo cual se repitió para Cuba en 2019 con Yordan Álvarez (27 y 78) en esos mismos aspectos.

Es por ello que la disyuntiva a la hora de medir el nivel del béisbol cubano se debe enfocar en dos vertientes. Las potencialidades de peloteros nacidos en la isla caribeña que colocan el nombre de Cuba en lo más alto de la principal competición beisbolera y los resultados obtenidos en eventos de la WBSC, lejos del dominio de antaño.

Con la mirada nuevamente al historial antillano en las categorías con límites de edad, la actuación del equipo Sub 15 dirigido por Alexander Urquiola queda distante de la plata mundial obtenida en 2022 para los niños de ese mismo rango. Aunque las generaciones suelen sufrir cambios por razones lógicas, no hay justificación tras lo hecho por los nuestros en el diamante.

Si queda alguna duda de las buenas prestaciones de Cuba en este tipo de eventos, la mayor de las Antillas ocupa el segundo lugar histórico en el medallero. Por delante, solo Estados Unidos con 8 oros, 2 platas y misma cantidad de bronce. Nuestro país acumula 6–6–2, siendo Japón el tercero a cierta distancia (2–2–1).

En el caso de los certámenes Sub 18 el premio es mayor. La selecciones cubanas lideran el palmarés con 11 coronas, así como 2 ocasiones en el subcampeonato y 5 con el metal bronceado. Detrás se encuentran los equipos estadounidenses (10–12–5), ubicándose en el tercer puesto Corea del Sur (5–1–4).

Dicho vistazo de forma veloz hace entristecer hasta a el menos apasionado al béisbol. Las claves para girar 180 grados y reconducir el barco del deporte de las bolas y los strikes en Cuba no son tan sencillas de encontrar. La constante pérdida de peloteros debilita cada vez más nuestro pasatiempo, de ahí que la intención de estas líneas es sólo invitar al debate y por qué no, recordar, que es volver a vivir.

--

--